Los prolegómenos (o por qué detesto el cunnilingus).
Con esta pieza Prolegómenos(o por qué detesto el cunnilingus), con texto de Cristina Fallarás, quiero recordar que las mujeres no somos cuerpos que se resuelvan rápido. Escuchar, sentir y respetar nuestros deseos es la única forma de alcanzar el verdadero placer, porque el placer no es un automatismo ni una certeza: es una conexión. Y no se trata de hacerlo rápido, se trata de hacerlo bien. El placer es cosa de dos. Una de las razones por las que a veces decidimos no continuar con alguien con quien compartimos nuestra intimidad es que si te sientes incómoda y ya no te apetece seguir. Siempre, siempre puedes arrepentirte, y tienes todo el derecho de hacerlo. Porque el placer y la sexualidad son una elección, no una obligación. Todos los días son 8M.